Las evidencias que indican que Mozart llevaba una vida cargada de alcohol, drogas y mujeres se basan principalmente en los testimonios de su mujer Constanze: "...Mozart drank champagne and tokay and lived loosely...", "...he would not take the trouble to give piano lessons to any ladies but those he was in love with...", etc. Sin embargo, varios historiadores consideran que no se trata de un testigo creible.
En resumen, inconcluyente.