La lamprea nace en un habitat fluvial en donde permanece en estado larvario durante 4-5 años hasta llegar a medir unos 20 centímetros. Entonces en una migración nocturna se desplaza a aguas marinas, donde vive hasta llegar a la madurez sexual. En este momento remonta el río para desovar en zonas poco profundas: Para ello construye un nido de piedras que transporta con su boca de ventosa. Durante la puesta (de entre 50.000 y 200.000 huevos) el macho se fija a la hembra con su boca y permanece enroscado a ella mientras que la hembra se fija a una piedra del fondo. Con un aparato digestivo y bucal adaptado a las condiciones marinas esto supone una importante pérdida de peso, que se traduce en la muerte a poco tiempo de realizarse el desove.
En 2008 se ha descubierto que en algunos embalses de Galicia, la lamprea se ha adaptado a vivir en un medio únicamente fluvial, de forma que permanece desde su nacimiento hasta la muerte en agua dulce.