A partir del S. IV, y dada la devaluación de la moneda de plata (denario), se acuña en el imperio romano una moneda llamada solidus. Los funcionarios, y especialmente los soldados, exigían el pago de sus honorarios en moneda de oro (solidus). A partir de este momento pasó a denominarse popularmente "solidatus" al que cobraba su estipendio en oro. Esto hizo que la palabra "solidatus" sustituyera en latín vulgar al término clásico "milites" para referirse a los soldados. Su estipendio pasó a su vez a llamarse solidata (soldada) evolucionando hasta nuestros días hasta la palabra sueldo.
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