El 14 de junio de 1808 tuvo lugar la segunda batalla del Bruch. Las fuerzas francesas estaban formadas por más de 4.000 hombres dirigidos por el general Joseph Chabran. Estas formaban en dos columnas y se enfrentaron a las fuerzas regulares españolas, mucho más modestas, con solo unos 1.500 efectivos. La artillería española acabaría decidiendo la batalla.
Esta batalla presenta una gran importancia histórica porque rompió con el mito de la imbatibilidad del ejército de Napoleón. Tal es así que dio lugar a varias historias populares entre las que se encuentra la leyenda del tambor del Bruch (o el tamborilero del Bruch). Esta leyenda cuenta como un muchacho de Sampedor nombrado general en jefe utilizaba un tambor de las cofradías durante las marchas. Antes del comienzo de la batalla la reverberación del sonido del tambor al chocar con las paredes del paso hizo creer al bando francés que el número de soldados españoles era muy superior al real, lo que amedrentó a los franceses.
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