Ya estoy acabando Un Día de Cólera, de Pérez-Reverte. Tiene un montón de joyas (la historia de los presos es genial) pero me gustó especialmente que ya detenidos y a punto de ser fusilados, dice Gabriel López a Suárez:
-Pero la patria...
-No digas tonterias, hombre [...]
-¿Por qué saliste a luchar entonces?
- Pues no sé, la verdad -concluye-. A lo mejor no me gusta que los mosiús me confundan con uno de esos traidores que les chupan las botas... No permito que se meen en mi cara.
-Pues éstos nos van a mear, y bien.
-Éstos, puede ser. Pero los que dejamos destripados allá arriba... de esos te aseguro que ni uno.