Históricamente un gran número de importantes avances científicos se han producido en épocas de guerra, dónde una parte importante del presupuesto nacional se destinaba a investigación militar. Sin embargo, el efecto secundario de estos avances (por otra parte deseado) es la creación de armas increiblemente eficaces:
La bomba de hidrógeno (bomba H) se basa en la obtención de la energía desprendida al fusionarse dos núcleos atómicos, en lugar de la fisión de los mismos, aunque normalmente el 50% de la energía liberada se obtiene por fisión nuclear y el otro 50% por fusión. La primera bomba de este tipo se hizo estallar en Eniwetok (atolón de las Islas Marshall) el 1 de noviembre de 1952 literalmente vaporizando dicha isla.
La bomba de neutrones (bomba N) se atribuye a Samuel Cohen en 1958. En la bomba de neutrones se consigue hacer bajar el porcentaje de energía obtenida por fisión a cerca del 5%. Una gran cantidad de neutrones son emitidas con niveles energéticos muy altos, y por tanto, con gran capacidad de penetración.Así esta bomba tiene la capacidad de destruir a los seres vivos mientras dejar casi intactos los bienes inmuebles.