A los 12 años, tras matar a un compañero de estudios, Alonso de Contreras cumplió un año de destierro en Ávila para después enrolarse en las galeras dedicándose al corso contra los turcos. Su buen desempeño le llevó a recibir en 1601 el mando de una fragata.
Aún tendría tiempo para luchar en Flandes, volver al Mediterráneo como capitán de navío, participar en una expedición a las Indias Occidentales y ejercer de corsario en aguas de Puerto Rico contra sir Walter Raleigh. A su vuelta, actuó durante un tiempo como gobernador de la ciudad de L'Aquila, asistió a una erupción del Vesubio y salvó a un convento de monjas del desastre. Más adelante, tal vez a instancias de Lope de Vega, redactó sus memorias (publicadas en 1900).
(Gracias, Borja!)