En el año 714 se transladan los restos de Santo Toribio de Astorga a Liébana, debido a la posible conquista de Astorga por parte de las tropas musulmanas del Moro Muza. Junto con los restos de Santo Toribio se transladan una serie de reliquias que él había traído de Palestina, donde él era Custodio del Santo Sepulcro. Entre estas reliquias descollaba el Lignum Crucis: un fragmento de la cruz de Cristo.
A mediados del siglo XVI el Lignum Crucis se corta y se coloca en un soporte en forma de cruz. Más adelante, en 1808, ante el peligro de invasión por parte de las tropas francesas, el Lignum Crucis se traslada a Cueva Santa, donde permanece varios años hasta su devolución al monasterio.
Saber más: El Monasterio de Santo Toribio de Liébana y el Lignum Crucis. Pedro Álvarez.