Debido a esto, en caso de quedar atrapado es mejor no hacer movimientos bruscos, que se transforman en presión, y por tanto "liquidifican" las arenas. Sin embargo el ser humano es menos denso que las arenas movedizas, por lo tanto conviene no alarmarse e intentar "flotar" sobre ellas. Para esto es conveniente recostarse sobre la espalda y distribuir el peso para reducir la presión ejercida sobre las arenas.
Bonus. Una piscina llena de un fluido no newtoniano:
Fuentes: 1, 2