La política de hijo único fue instaurada en torno a 1977 por el gobierno chino para aliviar los problemas sociales y ambientales de China.

La política de hijo único en China presenta ciertas excepciones para permitir en algunos casos un segundo y un tercer hijo, siendo sus clausulas y subclausulas tan complicadas como un sistema legislativo. He aquí un ejemplo:

Sin embargo estas mediadas se han mostrado eficaces, y en la actualidad el número medio de niños por mujer es de 1.5, muy cercano al 1.47 que predice la legislación correspondiente. Como efectos negativos cabe señalar el éxito de la ley está contribuyendo al envejecimiento de la población en China, un descenso en la mano de obra, y una gran desproporción entre el número de hombres y mujeres.

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