viernes, 18 de diciembre de 2009

Nuestros ciclos de sueño, temperatura corporal, tasa metabólica y función hormonal operan alrededor de un reloj congénito, que sigue días de 25 horas.

Experimentos con sujetos confinados en una habitación sin reloj durante varios días, se adaptaban con rapidez a las nuevas circunstancias y adoptaban días "naturales" de 25 horas.