La intensidad de las erupciones se estima mediante un índice de explosividad volcánico (IEV), que se basa en factores como el volumen de ceniza, la altura de la columna nubosa y las características de la explosión. Este índice puede tomar valores entre 1 y 8, y en términos generales para que una erupción pueda afectar el clima global debe presentar por lo menos un IEV de 4. La última explosión volcánica que tuvo un impacto global fue la del Pinatubo (con un IEV de 5-6) en 1991, en Filipinas, que desembocó en una bajada de medio grado de las temperaturas globales durante los siguientes dos años.
A pesar de todos los incidentes que produce la erupción del volcán bajo el glaciar Eyjafjalla, hasta el momento se trata de una erupción pequeña (IEV de 2-3) y su escala no es lo suficientemente grande para tener un efecto notable en el clima global.
Vía: 1, 2