La mayoría de los cefalópodos sólo poseen un pigmento visual, la rodopsina. Aunque también se podrían diferenciar colores con un sólo pigmento si la retina presentase varios bancos de receptores (por ejemplo, capas dobles de bastones), estudios fisiológicos basados en electroretinogramas, junto con diversas experiencias de aprendizaje apoyan las tesis de la visión monocromática.
A pesar de que no parecen tener visión de color, pueden distinguir la polarización de la luz. En un medio acuático esta polarización permite al pulpo saber en todo momento donde está arriba y abajo. Una respuesta automática mantiene los ojos del pulpo orientados de modo que la raja de su pupila se encuentre siempre horizontal.
Fuentes:
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