En segundo lugar aparece la anoxia o hipoxia cerebral (falta de oxígeno en el cerebro), cuando el nudo es anterior al cuello y las vías respiratorias no sufren la suficiente presión. En este caso lo más frecuente es que se presionen las venas con la consiguiente congestión de la sangre venosa en la cabeza que se traduce en un tono azulado del cadáver. Si se llegan a comprimir las arterias el ahorcado ya no sería azul, sino blanco.
Si la cuerda de la soga estimula el seno carotídeo se activará el nervio vago, que conduce a una muerte súbita debido a una parada cardiorrespiratoria.
Menos frecuente es la fractura de la médula que provoca una lesión vertebral. Aquí la muerte sobreviene por un shock medular agudo por la presión provocada por la fractura de las dos primeras vértebras.
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