
Entre estos animales se encuentran las babosas de mar, las almejas gigantes, medusas como la medusa invertida o incluso crustaceos tales como la pulga de agua. Estas últimas en ciertos casos ingieren pequeñas cantidades de algas para utilizar sus cloroplastos, elementos celulares con capacidad fotosintética. Otros animales fotosintéticos son ciertos protozoos con caparazón (como radiolarios y foraminíferos), algunas esponjas, y algunos cnidarios (sobre todo corales), ctenóforos, gusanos planos y moluscos. Todos acuáticos.
De esta relación simbiótica, las algas obtienen protección y nutrientes, mientras que los portadores obtienen oxígeno, energía y la posibilidad de reutilizar ciertas substancias de deshecho.
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