Para el buen funcionamiento de los motores de explosión la gasolina debe tener un grado de volatilidad adecuado: una gasolina demasiado volátil genera bolsas de gas en el depósito que podrían llegar a explotar, mientras que en caso contrario se dificultaría su vaporización.
Dado que la volatilidad depende de la temperatura, las compañías petrolíferas pueden cambiar la composición de la gasolina dependiendo de la estación, y no será igual la gasolina de verano, que la de invierno.
Fuente: ballesterismo