Dado que el campo magnético de la Tierra ejerce una protección contra la radiación cósmica que incide en nuestro planeta, la reducida intensidad de campo magnético presente en la Anomalía del Atlántico Sur se traduce en una mayor intensidad de radiación. Esto hace que, por ejemplo, la estación espacial internacional presente un blindaje extra para afrontar su paso por esta zona, o que el telescopio espacial Hubble no pueda efectuar observaciones desde la región anómala.
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