Un solo cheerio en un tazón de leche se mantiene "semihundido" debido a la combinación de la tensión superficial de la leche y la flotabilidad, formando un hueco en la superficie del líquido. Al arrojar un segundo cheerio, este forma también su propio hueco y si ambos cereales pasan lo suficientemente cerca, ambos huecos se unen mediante una extraña fuerza de atracción denominada efecto cheerios.
En la naturaleza este fenómeno se repite en infinidad de situaciones por lo que el estudio en profundidad del efecto cheerios puede ayudar a explicar porqué ciertos insectos caminan sobre el agua o, incluso, proporcionar alguna de las claves que rigen el Universo.