Está comprobado científicamente que los ejercicios mentales tipo Brain Training no te hacen más inteligente. Sin embargo, hay otros métodos que sí dan resultado:
El primero no supone ninguna novedad y consiste en el aprender a tocar un instrumento musical. Los efectos son mayores si se empieza antes de cumplir 7 años. Se potencia la memoria auditiva, la capacidad para aprender idiomas...
La dieta también es un factor a tener en cuenta. Contrariamente a lo que se pensaba el omega 3 (lo típico que se dice de comer pescado azul en época de exámenes) apenas tiene incidencia en nuestra capacidad cognitiva. Sin embargo, los alimentos ricos en flavonoides (como la grosella negra, los arándanos, el cacao, el té verde, el vino...) demostraron ser excelentes para potenciar la memoria.
Los beneficios de la helioterapia son conocidos desde hace tiempo, pero unos nuevos estudios han demostrado la exposición a una luz brillante nos ayuda a activar nuestro cerebro. Se realizaron pruebas con luces de distintos colores y se demostró que la luz azul resulta especialmente efectiva.
Otros estudios científicos han demostrado que la estimulación directa transcraneal mediante corriente mejora la memoria visual y la habilidad matemática. Básicamente, te pegan unos cables en la cabeza y te aplican una corriente muy leve. Personalmente, prefiero no probar este método, ya que un exceso de corriente produce el efecto contrario...
Realizar una actividad física moderada potencia nuestra actividad cerebral, mientras que una actividad demasiado fuerte consigue lo contrario, como en el caso anterior.
Finalmente, la práctica de la meditación ha demostrado ser una excelente forma de potenciar nuestro intelecto. En concreto si se realiza justo antes de una actividad mental como puede ser un examen.
Fuente: "Mental muscle: six ways to boost your brain", de Helen Thomson. NewScientist.