martes, 3 de mayo de 2011

"He oído que al menos dos astronautas se arrancaron las uñas antes de realizar una actividad extravehicular", Dava Newman, catedrática del MIT.

Continuando la nota de la semana pasada sobre la invención del traje espacial, hoy vamos a ver algunos de sus problemas de diseño.

Uno de los puntos claves en el diseño de un traje espacial es que debe mantener la presión interna mientras permite la mayor movilidad posible al astronauta. Debido al trabajo mecánico que se necesita para cambiar el volumen de un sistema presurizado, casi todos los diseños de traje espacial intentan mantener un volumen constante para todos los movimientos del portador. Esto restringe en gran medida la movilidad de los astronautas y ha dado lugar a muy variados diseños, como se puede ver en el siguiente video de la Nasa con diversas pruebas de movilidad:


Otro problema viene dado por los guantes de los trajes espaciales. Se trata de voluminosas fundas cuya capa exterior de goma tiene el grosor suficiente para evitar que el frío del espacio o pequeños meteoritos se cuelen en el traje mientras los astronautas se encuentran en el exterior.


"Cuando el guante se presuriza, el tejido flexible y suave se endurece como una rueda de bicicleta", Dava Newman.

Y esto machaca las uñas de los astronautas. Un estudio dirigido por Newman y publicado en Aviation, Space, and Environment Medicine muestra que entre 2002 y 2004 el 47% de las lesiones registradas entre los astronautas fueron heridas en las manos, de las cuales, más de la mitad eran daños en las uñas. Y de hecho muchos astronautas pierden alguna uña en el transcurso de los paseos espaciales. Esto es especialmente peligroso, según Newman, ya que las uñas sueltas podrían llegar a obstruir algún sistema mecánico del traje espacial.

Vaya, que no todo es tan bonito en la profesión de astronauta.

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